Hace unos 30 años atrás aproximadamente realicé mi primer viaje de muchos a la India y estuve con un maestro espiritual que me enseñó la importancia de trabajar en equipo con una frase muy sencilla:
– Si caminas solo, a los dos kilómetros tal vez te sientas cansado y aburrido. Si caminas en grupo, diez kilómetros podrá resultarte un paseo corto y agradable.
Una de las claves para que tu startup prospere es saber rodearte con un buen equipo. Pero, ¿qué entendemos por buen equipo?
Un team apropiado para tu startup es más que personas calificadas para cada puesto, es más también que amigos de confianza. Se trata de un grupo de personas consustanciadas con el proyecto no solo desde el hacer, sino también desde el ser.
Haciendo una analogía, así como los humanos necesitamos armonía en cuerpo, mente y alma, un buen equipo cree en la armonía de los tres planos de la startup, el plano material, el filosófico y el trascendente.
No se trata de los “mejores”, se trata de los más íntegros. Es más que un “Cum Laude”, es además sumar valores humanos al conocimiento académico.
Un equipo con buen destino es la suma de los complementarios. Une a quienes conocen sus fortalezas y debilidades para armar un engranaje que funcione. El ecosistema inversor serio tomó nota hace rato y ya no invierte en ideas sino en equipos.
Cada miembro del equipo tiene su propia motivación para ser parte. Algunos buscarán trascendencia y legado, otros quieren dinero o hacer carrera; algunos necesitan adrenalina y desafíos. Lo importante es que cada uno sabe que su realización individual está estrechamente ligada al suceso colectivo.
El buen destino grupal no sólo no conspira contra el individual sino que lo potencia, como enseña este cuento sufí:
-Todos los maestros dicen que el tesoro espiritual es un descubrimiento solitario.
– ¿Entonces por qué estamos juntos? -preguntó uno de los discípulos a Nasrudin, el maestro sufi.
– Ustedes están juntos porque un bosque siempre es más fuerte que un árbol solitario -respondió Nasrudin-. El bosque mantiene la humedad del aire, resiste mejor a un huracán, ayuda a que el suelo sea fértil.
– Pero lo que hace fuerte a un árbol es su raíz. Y la raíz de una planta no puede ayudar a otra planta a crecer.
– Estar juntos en un mismo propósito, es dejar que cada uno crezca a su manera; éste es el camino de los que desean comulgar con Dios.
Feliz semana, felices emprendimientos, feliz vida para todos.
Marcelo Berenstein
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