¿Sobreviviría el Euro en las actuales condiciones a la quiebra de sus miembros? Sería una novedad y un nuevo capítulo en la historia económica, lo que es claro es que si lo hace no sería en las actuales condiciones.
La salud económica, por definición, está caracterizada por un bajo nivel de endeudamiento.
Éste debe permitir el libre flujo de la actividad pero no debe ser un impedimento futuro para la misma. Mantener una conducta equilibrada carga a los países del aura de la solvencia, potenciando el desarrollo de lo público y lo privado a través de la inversión. Dota a las sociedades de libertad y a sus ciudadanos de igualdad en la aldea global. Alguien endeudado es alguien susceptible de ser presionado o condicionado en sus decisiones.
Los países miembros del Euro se comprometieron en el Tratado de Maastrich (Acta de Constitución) a determinadas condiciones económicas y financieras, una de ellas era mantener un sano nivel de endeudamiento, preferentemente no superando el 60% del PBI. Muchos de ellos lo superaron largamente, y hasta algunos más que duplicaron esa cuantía.
Por ejemplo, Grecia tenía 163% del PBI antes de su reestructuración con quita del 50%, meses atrás. Italia supera el 120%, y otros países periféricos superan el 90% o se acercan a él. Hay que mencionar que estas cifras pueden abultarse próximamente dado que, en su mayoría, continúan acuñando déficits presupuestarios comprometedores y encima pueden enfrentar una recesión prontamente. Para tener perspectiva la Argentina durante el 2001 tuvo un nivel de endeudamiento de 54% del PBI, siendo su déficit presupuestario inferior al 50% como porcentaje del producto que el promedio de los países comprometidos de Europa. Las cifras parecen hablar por sí solas.
El arte no es ajustar ex post, sino evitar el ajuste ex ante, es decir “primeriar” a la realidad.
Mantener un estándar de vida que se pueda solventar a lo largo del tiempo es considerado por muchos austeridad, por mi parte inteligencia. Para ello es imprescindible tener cifras fiscales equilibradas en todo momento.
Ahora Europa está ajustando en el marco de un desempleo altísimo, donde hay países como España que alcanzan el 22% superando ampliamente la escalofriante versión Argentina 2001 en esa materia. Más del 45% de los jóvenes no tienen trabajo en España. Ajuste, sobre ajuste, funcionarios que no dan en la tecla y terminan saliendo por la ventana…Un estándar de vida que se deteriora y muy pocos que lo quieren aceptar, menos solucionar. Las autoridades máximas de Gran Bretaña, Irlanda, Islandia, Italia, Grecia y Portugal dejaron los cargos de manera estrepitosa, Rodríguez Zapatero perdió las elecciones y Sarkozy está complicado para el año en curso. Hasta la Sra. Merkel perdió en algunos distritos importantes. La crisis es una picadora de carne.
El timming y la comunicación de un ajuste son claves porque si no, desembocan en un ciclo vicioso parecido al que la Argentina transitó una década atrás.
Es necesario, entonces, un sistema transparente, bien auditado y que limite excesos que desde muchos sectores se quieren cometer constantemente. ¿Tendrá la Eurozona ese sistema de ahora en adelante? Y más aún: ¿sobrevivirá para contarlo?
Autor: Sergio Javier Mantoni. Economista y director de SJM Consultora Económica